La vitamina D es una de esas vitaminas que no dejan indiferente a nadie y os preguntaréis, ¿qué tiene que ver la salud hormonal con la vitamina D? Muchísimo, más de lo que crees.

Para empezar, la vitamina D es en sí misma una hormona más que una vitamina, ya que actúa en todos los órganos y sistemas del cuerpo. Para que te hagas una idea, hay receptores de vitamina D en el intestino, en el cerebro, en las glándulas mamarias, en la próstata, en la pared de ciertas células inmunitarias… De hecho, se cree que hubo un error a la hora
de ponerle nombre en el siglo XX.

La función más conocida de esta vitamina-hormona es la de regular los niveles de Calcio en sangre (por eso se suplementa cuando alguien tiene osteoporosis) pero aquí os dejo una lista de las muchas otras funciones que desempeña:

  • Regula el sistema inmune (activa los linfocitos, tanto B como T, que tienen un papel crucial ante infecciones víricas)
  • Participa en la producción de insulina por parte del páncreas (fundamental para la regulación de los niveles de glucosa en sangre en diabetes y prediabetes)
  • Previene la proliferación celular (efecto preventivo en cáncer)

Y en cuanto a salud hormonal se refiere:

  • Mejora la producción y maduración de los espermatozoides
  • Facilita que nuestro cuerpo use adecuadamente la testosterona y el estradiol (estrógeno secretado en los ovarios y glándulas suprarrenales).
  • Aumenta el revestimiento uterino en la preparación para el embarazo.

Se sabe y divulga lo necesaria que es la vitamina B para el buen desarrollo de nuestro bebé pero no tanto de la necesidad que tiene nuestro cuerpo de tener unos niveles adecuados de vitamina D para que el embarazo se pueda producir. Muchas de las mujeres que he atenido en consulta por tener dificultades a la hora de  quedarse embarazada era por falta de esta vitamina y es que su deficiencia es ya considerada una epidemia a nivel mundial.

La mayor causa de esta deficiencia global es la incorrecta exposición al sol. Es una de las pocas vitaminas realmente gratis, es decir, que generamos endógenamente. Sólo necesitamos ayudar a nuestro cuerpo a hacerlo.

Las recomendaciones habituales en cuanto a la toma de sol deben ser revisadas y divulgadas de nuevo correctamente. ¿Porqué? Porque para que tu cuerpo secrete vitamina D necesita que  los rayos incidan de forma perpendicular y directa sobre la piel, sin cremas de protección. Si, has leído bien, sin cremas de protección solar. Ahora, con cabeza, no por leer esto pienses que es bueno hacer vuelta y vuelta sin crema.

Para que quede claro, las pautas son:

  1. Tomar el sol cuando esté bien arriba en el cielo y exponer grandes partes de piel desnuda de forma directa a su luz.
  2. El tiempo de exposición va a depender del tipo de piel que tengas. Existe un claro marcador que nos indica que la vitamina D se está activando y es cuando nuestra piel empieza a ponerse un poco rojita. Cuando esto aparece, es momento de retirarse.

Si eres de piel blanca, es probable que tan sólo 5 o 10 minutos sean suficientes. Si eres de piel más oscura, necesitaras un poquito más de tiempo.

Lo más importante es hacer esta exposición de forma consciente y con atención para estar atentas de cuando empieza esa activación en la piel para no pasarnos.

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