Episiotomía y suelo pélvico

El paso del bebé por el canal del parto es la agresión más fuerte que sufrirá el periné en todo el ciclo vital de la mujer. El expulsivo va a afectar a la musculatura perineal y los tejidos que la rodean, sobretodo en el posparto inmediato.

Por ello, es imprescindible valorar su estado y realizar un entrenamiento específico para prevenir futuras complicaciones.

Las lesiones más comunes que sufre el periné en el momento del parto vienen dadas por desgarros, episiotomías, compresiones nerviosas y partos instrumentalizados.

Un desgarro ocurre cuando el estiramiento del tejido del periné supera su límite máximo. A veces un desgarro muy superficial sólo a nivel de la piel no requiere intervención. Otros más profundos, que afectan al tejido muscular, se deben suturar.

Qué prefiero ¿Desgarro o episiotomía?

La episiotomía es un corte quirúrgico que se realiza en el periné en un momento de contracción, cuando la cabeza del bebé está apoyada sobre el suelo pélvico y, este, en máximo estiramiento. Se realiza con una tijera o bisturí y se ejecuta para evitar posibles desgarros más graves en dirección al clítoris o al ano. Es preferible un corte limpio en dirección lateral a un desgarro anal o hacia el clítoris y que este afecte a función sexual, coloproctológica y pueda causar incontinencias anales y afectaciones más graves.

Por lo tanto, la episiotomía puede sacarnos de algún apuro y prevenir problemáticas más graves, pero, el gran problema es que:

Debería realizarse sólo y exclusivamente para facilitar la salida de la cabeza del bebé cuando el periné no da más de sí o cuando se necesite acelerar el parto por sufrimiento fetal.

Existe evidencia científica desde hace años que confirma que los protocolos hospitalarios que recomiendan realizar la episiotomía de manera restrictiva parecen tener una serie de beneficios en comparación con los protocolos basados en realizar la episiotomía rutinaria.

Hay menos traumatismo perineal posterior, menos suturas y menos complicaciones, hay mejoras para la mayoría de las medidas de dolor y el traumatismo vaginal o perineal grave.

En otra revisión realizada en 2016 se identificaron un total de 141 artículos se concluyó que la episiotomía debe realizarse de forma selectiva y no rutinaria además de evitar siempre la línea media del periné ya que aumentaba el riesgo de laceraciones graves.

Las indicaciones más citadas para su realización fueron la primiparidad, el peso del feto superior a 4 kg y la distocia de hombros. En cuanto a la técnica quirúrgica las episiotomías realizadas con ángulos más amplios (> 40°) y más temprano en la segunda etapa (antes de la «coronación») parecen ser más protectoras.

Pero sobretodo, lo importante es que: “No realizar la episiotomía cuando está indicada o no aplicar la técnica correcta puede aumentar el riesgo de laceraciones perineales graves”

Esta intervención, que tantos problemas puede ahorrar y ocasionar a la madre al mismo tiempo, se ha realizado por protocolo, sin necesidad real de realizarla, durante años. A día de hoy, debería estar en desuso por los problemas que ocasionan a la madre a posteriori, como dolor pélvico crónico o imposibilidad de disfrutar de sus relaciones sexuales. No se debe realizar a no ser que haya sufrimiento fetal y/o se deba acelerar el momento del parto por alguna complicación. Aún así, se estima que en Francia y en España, 9 de cada 10 episiotomías son innecesarias.

La episiotomía conlleva una serie de complicaciones muy serias y no debería en ningún caso ser realizada a no ser que sea estrictamente necesario.

Es un foco infeccioso y se suele separar la sutura muy frecuentemente, existe la posibilidad de sufrir un desgarro anal importante, debilita los músculos del suelo pélvico y, además, los lesiona mediante la cicatriz, que debe ser tratada siempre por un fisioterapeuta especialista, aunque sea pequeña y no duela en el momento.

Además, puede favorecer la aparición de hematomas serios que deben ser drenados por un profesional y que afectarán seriamente a la calidad de vida de la mujer que los sufra.

Puede presentarse dispareunia, es decir, incapacidad de disfrutar de las relaciones sexuales, a corto y largo plazo. Se puede presentar alergia al hilo de sutura o a los productos utilizados e incluso abscesos subyacentes que a veces se detectan años más tarde.

En definitiva, una episiotomía puede generar un impacto muy grave en la salud física y mental de una mujer de por vida. En el caso de haber sufrido una episiotomía, es necesario tratarla siempre y no sólo con aceite de rosa mosqueta y un masajito suave, sino mediante técnicas especializadas de fisioterapia para aliviar su sintomatología y prevenir todas sus futuras consecuencias.

* Bibliografía utilizada

  • Corrêa Junior, M., & Passini Júnior, R. (2016). Selective Episiotomy: Indications, Techinique, and Association with Severe Perineal Lacerations. Revista Brasileira de Ginecologia e Obstetrícia / RBGO Gynecology and Obstetrics, 38(06), 301–307. Carroli, G., & Mignini, L. (2009). Episiotomy for vaginal birth. Cochrane Database of Systematic Reviews. Jiang, H., Qian, X., Carroli, G., & Garner, P. (2017). Selective versus routine use of episiotomy for vaginal birth. Cochrane Database of Systematic Reviews. Shmueli, A., Gabbay Benziv, R., Hiersch, L., Ashwal, E., Aviram, R., Yogev, Y., & Aviram, A. (2016). Episiotomy – risk factors and outcomes*. The Journal oMaternal-Fetal & Neonatal Medicine, 30(3), 251–256. 
 

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