El verano es una de las épocas en las que nuestra piel sufre más. Tanta exposición al sol tiene sus consecuencias. El invierno tampoco se queda atrás debido a los cambios de temperatura, el frío y la sequedad ambiental. ¿Cómo debemos cuidar nuestra piel y la de nuestro bebé durante esta época? Nos lo cuenta todo Lorena Bagazgoitia en este post.

Ahora llega la época más fría y húmeda del año, la cual también tiene consecuencias para nuestra piel. El invierno se caracteriza por dos aspectos clave. Por una parte, la intensidad solar se reduce considerablemente en comparación con el verano. También el calor y la sudoración. Por otro lado, el ambiente frío y la sequedad ambiental causado por la calefacción en nuestros hogares puede conllevar cambios que tal vez quieras conocer.

A continuación os damos algunos consejos específicos de esta época para llevar la transición de una forma confortable para tu piel.

Para ti:

Si estás o has estado embarazada, es probable que en verano te hayan aparecido manchas en la cara. Existen diferentes tipos de manchas que pueden aparecernos en la piel, pero en tu caso lo más probable es que se trate de melasma (también llamado cloasma o “paño de la embarazada”). Si es así, te preocupará alguna zona más pigmentada, con aspecto de sombra, de bordes irregulares que te ha aparecido en las mejillas, frente o labio superior. Pero ¿por qué? si te has aplicado protector solar todos los días, e incluso has utilizado un sombrero.

Es algo muy  normal. Sabemos que el embarazo influye en la aparición de melasma (aunque la realidad es que también lo sufren chicas no embarazadas), pero que su causa más importante es el sol. Los fotoprotectores nos protegen fundamentalmente de los rayos UVB, pero hay otros muchos tipos de radiación que emite el sol frente a los cuales estas cremas no son tan “pantalla total” como creemos: por ejemplo, los UVA y la luz visible.  Parece que estos también están implicados en la aparición de las manchas y es extremadamente difícil evitar que alcancen nuestra piel en verano, por mucho que nos esmeremos. Así, alcanzan la piel y estimulan que se pigmente de una forma irregular.

La buena noticia es que con la disminución de la intensidad solar en otoño y en invierno, el melasma suele mejorar y este es el mejor momento para hacer un tratamiento específico para aclararlo. Si estás embarazada aún, estaremos más limitados en opciones de tratamiento, pero si ya has dado a luz, te recomiendo que consultes con un dermatólogo porque, aunque ya te adelanto que no es fácil,  hay opciones para aclarar esas manchas.

Eso sí, ¡no bajes la guardia! Sigue utilizando protección solar a diario, tanto si hace sol como si llueve o truena. Si el producto que utilizas incluye filtros frente a luz visible, además de los UV, mejor.

Para tu bebé:

No dudo que a lo largo del verano has cuidado muy meticulosamente la piel de tu bebé. Seguro que te has preocupado de darle su cremita de protección solar cada día de playa, piscina o campo. Tal vez hasta le hayas puesto prendas de protección UV específicas (camisetas, gorrito alado, ..). Si ha sido así, ¡olé!, has hecho lo correcto. Aún veo muchos niños corriendo desnuditos por las playas en las horas de mayor exposición, y no puedo evitar pensar el daño que el sol está haciendo a su piel de cara al futuro. Es “deformación profesional”, pero me duele en el alma verlo y espero que poco a poco estas actitudes vayan cambiando.

Igual que en tu caso, aunque haya terminado el verano y el sol no sea tan intenso, sigamos manteniendo unas medidas de protección solar adecuada en nuestros bebés. Su piel nos lo agradecerá en el futuro.

Te recuerdo para esta época también la importancia de aplicar crema hidratante en la piel de tu bebé. Es recomendable hacerlo cada día, preferiblemente tras el baño, una vez secada la piel a toquecitos con una toalla. Algunos estudios científicos recientes sugieren que la hidratación cutánea diaria puede ayudar a prevenir la dermatitis atópica.

Si tu bebé tuviera dermatitis atópica, con la entrada del otoño y el invierno podría sufrir cierto empeoramiento, así que tómate la hidratación cutánea muy en serio y si observas la aparición de algún brote, te recomiendo que consultes con un dermatólogo.

 

Lorena Bagazgoitia

Dermatóloga

Puedes comprar su libro ‘Lo que dice la ciencia sobre el cuidado de la piel’

 

 

Deja una respuesta