Seguro que alguna vez habéis oído hablar de los temidos cólicos del lactante. También habréis oído que si tú bebé los tiene es un auténtico infierno que dura tres meses o incluso más y que hay que pasarlos ya que no hay tratamiento efectivo.

Lo que mucha gente no sabe es que hay unas técnicas de masaje para que desaparezcan o por lo menos que mejoren. Lo que también es sorprendente es su alta eficacia, funcionando en un 90% de los casos aproximadamente. Y esto lo sé de primera mano ya que llevo más de 10 años aplicándolas y no dejo de sorprenderme.

Una de las cosas que primero me preguntan los padres cuando vienen a la consulta es por qué aparecen los cólicos del lactante en los bebés. Yo siempre les digo lo mismo, es una inmadurez del sistema digestivo. Esta inmadurez hace que su sistema digestivo no se mueva bien y entonces el cuerpo tenga reaccionar provocando una contracción, que es lo que comúnmente llamamos el cólico del lactante.

Lo segundo que me preguntan es ¿qué son los cólicos del lactante? Son espasmos involuntarios tanto del intestino grueso como del intestino delgado en zonas que están bloqueadas para vencer el exceso de rigidez propio de un intestino aún inmaduro en los bebés. Para que nos entendamos todos son como retortijones. Lo que vemos es que nuestro bebé se encoge y se estira, se pone muy rojo y llora sin parar y no hay nada que lo calme. Es verdad que en las primeras semanas si les damos de mamar el cólico del lactante en algunos bebés mejora o incluso desaparece, pero es algo temporal ya que en cuanto dejan de mamar el cólico vuelve de nuevo una vez pasado un rato.

Suelen durar más de tres horas, pero es verdad que hay niños que lo tienen menos tiempo y otros que pueden sufrirlo durante todo el día. Lo más habitual es que aparezcan desde la caída de la tarde (hacia las 6 o 7 de la tarde) hasta altas horas de la madrugada o incluso a primera hora de la mañana.

Estas técnicas pueden aplicarse desde las primeras semanas de vida del bebé. De hecho, a mí me han llegado algunos con menos de una semana desde el parto.

Se tratan mediante un masaje en el abdomen con el que damos elasticidad a todo el intestino, tanto al delgado como al grueso.

Normalmente necesitamos de dos a tres sesiones y, en algunos casos más excepcionales, se nos complica y puede que necesitemos más sesiones. En la primera sesión tratamos al intestino grueso y en la segunda sesión al intestino delgado. Las sesiones suelen durar de 40 a 60 minutos y siempre nos vamos adaptando a las necesidades de cada bebé. Lo mejor es que vengan ya con la toma dada desde una hora por lo menos, lo cual no es imprescindible ya que sabemos que cuadrar las tomas los primeros meses es muy complicado. Además, el tratamiento se puede dar incluso mientras los bebés están mamando o mientras están tomando el biberón.

Una de las mayores preocupaciones de los padres es dar un masaje a un bebé tan pequeño, recién nacidos en algunos casos. Pero no tienen por qué preocuparse ya que los padres siempre están con nosotros durante las sesiones.

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