A tod@s nos preocupa el aspecto del abdomen. ¡Cuántas veces hemos soñado con un abdomen plano, fuerte, sin grasa ni distensión abdominal! Pero la realidad suele ser otra muy distinta: abdomen con grasa en zonas no deseadas, redondeado, con poca fuerza muscular y distensión abdominal, que además empeora a lo largo del día.

Para poder entenderlo mejor, vamos a hacer un breve recuerdo de anatomía. Existen dos tipos de grasa abdominal:

  • Grasa visceral: se encuentra dentro de la cavidad abdominal, rodeando órganos. Depende exclusivamente de dieta y ejercicio y es la responsable del típico abdomen muy globuloso y duro a la palpación.
  • Grasa subcutánea. Esta última es la capa de grasa que se encuentra justo por debajo de la piel, la que podemos “pellizcar” y la que podemos mejorar con tratamientos médico-estéticos.

Entre medias tenemos la pared muscular, que a medida que pasan los años y sobre todo tras los embarazos, pierde tensión, pierde su posición inicial y “cede” ante la presión interna del abdomen si no la tenemos fuerte.

En un esquema muy simplificado, sería algo así:

¿Qué podemos hacer para mejorar el aspecto de nuestro abdomen? Vamos a dar 5 trucos clave que mejorarán el aspecto de tu abdomen:

  1. Cuida tu alimentación: el aspecto del abdomen se basa en un 70% en nuestra alimentación, sobre todo el componente graso, tanto de tipo visceral como subcutáneo. Principalmente debemos evitar exceso de azúcares y alimentos ultraprocesados, comer grasas saludables y en la cantidad adecuada. Si tienes dudas en este campo, lo ideal es acudir a un buen nutricionista que te ayude a alcanzar tu objetivo en función de tus necesidades y estilo de vida.
  2. Realiza ejercicio físico de forma habitual: es importante tanto el ejercicio aeróbico como el de tonificación. El ejercicio aeróbico ayuda a reducir cantidad de grasa del organismo aumentando el déficit calórico. El ejercicio de tonificación, sobretodo en mujeres postparto, es vital para aumentar el gasto calórico total y prevenir lesiones. Es importante realizar abdominales, hipopresivos y tonificación de suelo pélvico. Ayudará a que nuestro abdomen esté fuerte y no vaya aumentando de volumen a lo largo del día.
  3. El 80% del resultado de tu abdomen depende únicamente de ti, lo tienes al alcance de tu mano, así que aprovecha. No te centres en el peso final de la báscula, sino en la mejora de composición corporal. De hecho, la grasa habitualmente ocupa mucho pero pesa poco.
  4. El 20% restante, se puede potenciar con tratamientos médico-estéticos, entre los cuales se encuentra:
  • Emsculpt: es el único tratamiento que trabaja a nivel muscular en el abdomen. Permite tonificar la pared abdominal de forma más potente que cualquier ejercicio físico voluntario mediante energía electromagnética que produce contracciones supramáximas. Además, ayuda a corregir la diástasis abdominal y a mejorar la potencia de la faja lumbar (reduciendo molestias lumbares). Tiene beneficios no solo estéticos sino también funiconales.
  • Coolsculpting: ayuda a reducir los acúmulos de grasa localizada de forma sin necesidad de cirugía, cuando éstos se vuelven resistentes a dieta/ejercicio. Las zonas más demandadas son abdomen y flancos (aunque se pueden tratar otras zonas corporales como cartucheras, cara interna de muslos…).

5. Y aquí viene el secreto más importante. La clave en todas las recomendaciones anteriores es la constancia. Ninguno de los trucos anteriores funciona si lo mantienes unos pocos días, por eso no debes desmotivarte. La paciencia es fundamental y pasado un tiempo, merecerá la pena. Si mantienes una alimentación adecuada, ejercicio físico de forma regular y te cuidas periódicamente con tratamientos eficaces y seguros, el resultado va a ser muy bueno.

 

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